domingo, 27 de octubre de 2013



El otro como semejante
La escuela es la confrontación construida con la alteridad. La organización del descubrimiento de que existe “algo” en otra parte. Un descubrimiento harto difícil, ya que la propensión de cada uno a reducir el mundo a su universo personal es muy grande. Un descubrimiento que nunca se acaba, ya que lo infantil nos sigue de cerca, nos lleva a rechazar lo que no nos pertenece, lo que no nos quiere o lo que no nos concierne.
Philippe Meirieu
Carta a un joven profesor

Luego de ve y analizar el video trabajaremos la siguiente actividad

Rompecabezas

Propósito:

  • favorecer la identificación y comprensión de elementos fundamentales del trabajo colectivo tales como la comunicación, el aporte personal y la actitud de colaboración.

Materiales:

  • 5 Tangram (rompecabezas chino) recortados en cartón o cartulina según la figura siguiente y distribuidos en 5 sobres con las piezas mezcladas. Es decir, con las piezas de cada sobre no se puede armar el rompecabezas porque están duplicadas algunas y faltan otras.

Desarrollo:

1. Solicitar a cinco estudiantes que se sienten en círculo en el suelo o alrededor de una mesa o escritorio.

2. Indicar a los demás que se distribuyan alrededor, observen atentamente todo lo que ocurra y anoten lo que les llame la atención para comentarlo luego en el grupo.

3. Entregar a cada participante del grupo central un sobre con las piezas de rompecabezas y dar la siguiente consigna:

Los sobres contienen cinco rompecabezas iguales que forman cada uno un cuadrado. Deben armar los cinco rompecabezas en quince minutos respetando las siguientes reglas:

No pueden hablar, ni hacer gestos solicitando determinadas piezas aunque sí pueden entregarlas a otros y recibirlas de los demás participantes.

Tomen cada uno un sobre y saquen las piezas. Tienen 15 minutos para armar los cinco rompecabezas.

4. Dar por terminada la dinámica cuando dos o tres de los participantes hayan logrado armar su cuadrado o cuando se haya terminado el tiempo establecido.

5. Coordinar una conversación grupal dando la palabra en primer lugar a quienes debían armar los rompecabezas y focalizando en los aspectos que facilitan el trabajo grupal y el logro de los objetivos (la comunicación, la colaboración, el apoyo mutuo, etc.):

¿Cómo se sintieron mientras trataban de armar el rompecabezas?

¿Qué dificultades encontraron? ¿Cómo trataron de resolverlas?

¿Recibieron colaboración o colaboraron con alguno de los/as compañeros/as?

¿Compensaron de algún modo la prohibición de hablar entre ustedes? ¿Cómo?

6. Pedir al resto del grupo que aporte sus comentarios sobre lo que observaron y les llamó la atención.

7. Promover una reflexión conjunta sobre la necesidad de la colaboración y la comunicación para el logro de los objetivos y el buen desarrollo de las tareas colectivas.



Trabajando la lectura
 
Uno de los aspectos que es necesario abordar cuando se plantea el tema de la convivencia en la escuela secundaria es el de la “relación con el otro” y, a partir de él, ir desentrañando quién es ese otro, cómo se lo concibe, qué lugar se le otorga.

 

Pánico en Ciudad Abecedario - Paula Jiménez

 

Estamos en 1987 según un reciente informe del apartado Números. Ciudad Abecedario vive uno de sus momentos más difíciles. Han desaparecido miles de palabras, entre ellas Explicación. En la seccional comienzan a circular versiones sobre los posibles causantes de la tragedia.

– Inspector, ya sospechamos el nombre del asesino de palabras, el caso más mentado de los últimos tiempos.

– ¿Quién es el sospechoso, Cabo Sustantivo?

– Pensamos que la Goma, Inspector Verbo.

– ¿Qué pruebas tiene?

– La denunció un adjetivo.

– ¿Qué adjetivo?

– Paranoico.

– No tiene validez, Cabo Sustantivo, lo que él diga póngalo entre comillas, ese adjetivo está loco.

– Ese es otro.

– Da lo mismo, Cabo Sustantivo, hay quienes se parecen demasiado.

– Perdone, Inspector Verbo, pero si entre palabras no nos defendemos nos borran los de afuera.

– Defendernos es distinguirnos entre nosotros, no confundirnos como si todos fuésemos "Homónimo"! -eso dijo el

Adjetivo Discriminado, que fue arrestado por llevar puestas ropas de interjección.

– Haga callar a esa palabra, Cabo Sustantivo –ordenó el Inspector Verbo– y aplíquele el 2 F. El Cabo Sustantivo procedió y le aplicó la tachadura correspondiente. Véase fotografía 1:

– D-i-s-c-r-i-m-i-n-a-d-o. Discriminado se sentía muy mal y pensó en la Muerte, una palabra a la que nadie se le acercaba. En Ciudad Abecedario pocas palabras soportaban el Encierro, solo raras excepciones como el Adjetivo

Enclaustrado.

– Mi vida no tiene sentido –se lamentó–, ¡quisiera ser borrado por la goma para siempre! Cambió todo para él cuando a su misma celda fue a parar otro peligrosísimo Sustantivo.

– Mi nombre es El Olvido, un Sustantivo de todos los tiempos –dijo el fanfarrón.

– ¿“El” Olvido?

– Sí, “El” lo pongo adelante porque soy un tipo de barrio y en el barrio todos nos ponemos un artículo adelante.

– ¿Y qué haces acá?

– Tuve otra agarrada con la Memoria, me quiere dejar sin trabajo.

-El trabajo es un derecho de todos! –proclamó Marginado, un adjetivo que estaba preso por la Desesperación, una de las palabras más macabras del condado. Explicó su caso:

–Yo siempre fui igual, un tipo de la calle. Allí conocí a la Desesperación. Nos enamoramos y salí a robar para calmarla un poquito. Ella es hija de Ansiedad y esa familia no tiene límites. Nada les alcanza. Bueno, resulta que me sorprendieron con las manos en la Maza y ya ven... Maza me denunció. En un santiamén me achacaron todas las calamidades que andaban sueltas. Me preguntaron si conocía a Cocaína y yo les dije que no necesariamente. Fue largo el interrogatorio. Querían saber si Desesperación o Ansiedad tenían trato con ella. Pregúntenles, les contesté. Me dijeron que con Ansiedad no pueden hablar porque es tartamuda y que no me haga el Canchero porque el encargado del operativo es el Adjetivo Nervioso y que ya no estaba Paciencia, una agente que rajaron ayer. Después empezaron otra vez y que si conocía a Risa o a Marihuana que andan juntas de acá para allá. Les pedí que me dejaran tranquilo y que llamaran al General Saber si tenían alguna Duda.

–Sí –me contestaron– tenemos una Duda pero en este momento está con Justicia, tratando de dilucidar un caso. No la moleste.

–No me molesten ustedes a mí –les advertí– yo soy Marginado, pero no Buchón. Buchón está trabajando para ustedes. Y vos, Olvido, ¿qué hiciste, no te habrás violentado con la Memoria?

– Sí... bueno... me violenté... no recuerdo bien cómo fue, pero sí que me prohibió que me asociara con el virus de una

PC. Terminé mal y acá nadie me va a venir a ver, nadie me va a recordar. Me siento más solo que un apéndice, más solo que la Soledad. Perdonen la Redundancia.

2

– Está bien, no es nada –dijo Redundancia, una secretaria regordeta que se encargaba de las tareas burocráticas de las que el Inspector Verbo no se podía ocupar, porque se pasaba el día conjugando. En la oficina, mientras tanto, la Ley escandalizada por la ola de crímenes que azotaban Ciudad Abecedario presentó su queja.

– He traído a Queja que parece ser la única que me tiene en cuenta, ya que uds. (y no se enojen si los abrevio) no solo no me hacen valer sino que además actúan como si no me conocieran. El Inspector Verbo se puso colorado como

Tomate y se disculpó:

–Lo siento, pero lo que usted dice es cierto y no hay lugar para la Ley en esta Ciudad. Cabo Sustantivo, obedezca, ponga a la Ley entre paréntesis y comuníqueme con el Sustantivo Golpe, que hay asuntos que arreglar.

Verdaderamente, en manos del Inspector Verbo ningún orden sería jamás posible, pues el muy corrupto no tenía ningún interés en resolver el caso del asesino de palabras ya que por años mantuvo invisible su segundo apellido.

– Yo soy el Verbo Borrar, el aliado de la Goma –confesó–. Y aquí termina esta historia. Pero en un santiamén, entró por la puerta de la oficina un Sustantivo con una fuerza descomunal:

– Yo soy Rebelión y voy a derribarte.

– Ja, ja, jaá –se mofó el Inspector–, ustedes, los Abstractos, ja, ja, já.

– Jajajá, las pelotas –dijeron dos trazos gruesos que entraron en el despacho como un torbellino–. Somos Pueblo y

Furia, vinimos a apoyar a Rebelión. Está destituido.

– Sí, acá estoy, soy yo, Destituido, y he venido a llevarlo conmigo, Inspector. ¿Cómo anda? Desde la revuelta anterior que no lo veo.

– Ni me vas a ver –dijo el inspector– porque me voy a Borrar.

– Ni lo sueñe –advirtió Pueblo– estas páginas serán escritas con Tinta Indeleble. Será juzgado por la Sustantiva

Conciencia y luego le esperará una larga, larguísima condena. Esta historia no tiene Punto Final.

 

El cuento presenta una metáfora de las relaciones humanas, entre los “locos” y “paranoicos”, los “discriminados”, la separación del distinto del resto.

La “memoria” o el “olvido” como formas de integración o discriminación y el lugar de ciertas acciones que facilitan o posibilitan las relaciones humanas, como la “paciencia”, y otras que entorpecen como “la ansiedad”, “los nervios”.

También la presencia de “la queja” y “la duda”, ponen en evidencia que algo no funciona en dichas relaciones y son útiles para convocar a “la justicia”, que si no es convocada viene en su lugar el “golpe”, una forma de nombrar la violencia.

 

Algunas preguntas para orientar el análisis de lo planteado en el cuento:

1. ¿Qué significa que desaparezca “la explicación”? ¿Qué consecuencias traería?

2. ¿Por qué se dice que “paranoico” no tiene validez?

3. La protección entre los que son iguales hace posible la defensa del ataque de los diferentes.

¿Cómo se expresa en el cuento?

4. ¿Cómo se castiga a alguien distinto en Ciudad Abecedario?

5. ¿Qué sentimientos entorpecen el diálogo? ¿Cuáles lo favorecen?

6. ¿Qué pasa cuando a la ley no se le da lugar?

7. ¿Qué respuesta se le puede dar a la queja si no se toma el camino de la ley?

8. ¿Qué otros sentimientos aparecen cuando se vive en un estado de arbitrariedad?

9. ¿De qué manera se puede responder a la violencia?

10. Un estado de justicia y con respeto por las leyes en una comunidad, ¿es un estado que una vez alcanzado se mantiene para siempre? ¿De qué depende que se mantenga?

11. ¿Qué es lo que da “pánico” en esta ciudad?

12. A partir de las respuestas dadas a las preguntas anteriores, ¿podrían identificar situaciones similares en la vida cotidiana?


sábado, 12 de octubre de 2013

Soy maestra y estoy interesada en conocer más acerca de TDAH, para ayudar a mis estudiantes pero sobre todo para poder orientar a responsables familiares que no conocen sobre este tema y que de forma involuntaria pueden estar haciendo un daño a sus hijos o hijas.
Aquí encontrarás más que una guía un centro de interacción sobre la vida en el mundo educativo y familiar, se tocarán temas de interés y se compartirán experiencias... BIENVENID@S